1. Delantera Mítica, de Quique González:
Porque el maestro ha hecho un disco lleno de grandísimas canciones, porque el sonido de Nashville es excepcional, porque lo ha hecho sin una major que lo apoye, sin promoción,... y porque la versión que hace del Is your love in vain? de Bob Dylan es absolutamente desgarradora. Y porque además no hay nadie que cante los medios tiempos como él. Después de una dilatada carrera creo, sinceramente, que este disco lo posiciona como uno de los más grandes, si no el más grande.
2. Promesas de Tierra, de Javier Limón:
Decir el nombre de Javier Limón es ya sinónimo de exquisitez y de riesgo musical. En esta ocasión va un paso más allá y junta a jóvenes músicos de Oriente Próximo consiguiendo reencontrar las culturas sefardita, cristiana y andalusí, fundamento principal del flamenco y de la música andaluza.
No es un disco, es un viaje alucinante.
3. Hagar´s Song, de Charles Lloyd y Jason Moran:
El disco gira entorno a la suite que le da nombre, una pieza de 30 minutos en la que se condensa todo el saber de Lloyd ahora que acaba de cumplir 75 años. Acompaña al viejo maestro en su eterna búsqueda de la belleza el pianista Jason Moran, logrando un entendimiento absoluto.
Tanto Lloyd como Moran alternan sus instrumentos con las flautas y el pandero.
Puro ECM. Puro Jazz. Pura música.
4. Modern Vampires of the City, de Vampire Weekend:
Con su tercer trabajo la banda de Nueva York literalmente se ha salido. Un discazo lleno de temas memorables como Diane Young, Step y Hanna Hunt.
Unas influencias africanas cada vez más latentes pero también más personales, estribillos redondos y sofisticados, y algo fundamental: estilo.
5. Mujeres, de Coque Malla:
Ya sé que se trata de un disco en directo, que no hay material nuevo, que son versiones, pero es que es un disco tan maravilloso...
Las colaboraciones con Leonor Watling, Anni B. Sweet, Jeanette, Ángela Molina,... son absolutamente deliciosas y tienen lo que tiene que tener una versión: el alma del que versiona. Y qué decir de la aparición majestuosa de la actriz y madre de Coque Malla, Amparo Valle.
Un disco para escuchar una y otra vez.
6. Bach: Sonatas and Partitas, de Chris Thile:
Cuanto más lo escucho más increíble me parece que pueda tocarse a Bach con una mandolina de esta manera. El estadounidense, músico de bluegrass, asume el riesgo y nos deja a todos boquiabiertos. Una auténtica revelación.
7. Val Miñor-Madrid: Historia y Cronología del Mundo, de Iván Ferreiro:
El músico gallego por fin parece estar feliz, y eso se nota.
Letras que inducen al amor y al optimismo, pero con una pizca de melancolía, que si no no sería nuestro Iván...
8. Chansons, de Jill Barber:
Otro de mis grandes descubrimientos de este año. Esta canadiense de 33 años ha hecho un disco de versiones de temas clásicos de artistas de Quebec y Francia como Édith Piaf, Serge Gainsbourg, Henri Salvador, Raymond Berthiaume y Raymond Lévesque en el que uno se querría quedar a vivir.
9. AM, de Arctic Monkeys:
En su quinto disco, los británicos se fueron a L.A. a grabar, y el resultado no es un disco, es una bestia parda.
Como dice la revista RS es perfecto para ese momento en el que te das cuenta de que el séptimo whatsapp que le has mandado, borracho, a tu ex, no era buena idea.
10. Without a Net, de Wayne Shorter Quartet:
Este disco es literalmente eso, un salto sin red. Absténganse pusilánimes y blandengues porque el maestro Shorter, pese a sus 80 años, te agarra y te destroza con un solo fraseo.
11. La Increíble Historia de un Hombre Bueno, de Depedro:
Tercer disco de Jairo Zavala, Depedro, grabado en Tucson (Arizona). Y a eso suena, a frontera, a desierto, a nomadismo. Colaboran músicos de tres continentes, entre ellos Joey Burns y John Convertino de Calexico.
En definitiva, un disco delicado, creativo y muy humano.
12. Ghost on Ghost, de Iron & Wine:
Quinto disco del californiano Samuel Beam, conocido como Iron and Wine.
Nunca le estaré lo suficientemente agradecido a Pablo Rivero por haberme descubierto a este señor.
Delicadísima mezcla de jazz, pop y R&B. Cautivador.
13. De un Mundo Raro, de Martirio y Raúl Rodriguez:
Nadie mejor que Martirio para homenajear a Chavela.
Y es que solamente desde el respeto absoluto se puede hacer un homenaje así y acabar poniendo tu alma en las canciones de la mítica llorona.
Acompañada de la guitarra de su hijo Raúl, Martirio no puede ya cantar mejor.
14. Sensación Térmica, de Kiko Veneno:
Y en esto llega José María López Sanfeliú, y recurre al productor Refree para buscar un nuevo sonido, más electrónico, más complejo, más rockero. ¿Y qué encontramos? Un paso hacia delante, una nueva búsqueda, pero el mismo Kiko de siempre.
Sirva como ejemplo Namasté, uno de los temas del año.
15. León Benavente, de León Benavente:
¿Que quienes son León Benavente? Pues un grupo que han formado Abraham Boba y Luis Rodríguez, ambos fieles escuderos en la trayectoria solista de Nacho Vegas, Edu Baos, miembro de Tachenko, y César Verdú, militante en los murcianos Schwarz.
Es su primer disco y les ha salido redondo: pop envenenado y crepuscular sobre el que destaca de entre todos los temas el que cierra el álbum, Ser Brigada, y que posiblemente contenga el mejor riff del año.
16. Trouble Will Find Me, de The National:
Grandísimo disco de grandísimas canciones de grandísimo pop de esta veterana banda de Brooklyn.
En palabras de la RS Matt Berninger gime sus ruegos románticos como un hombre que se ahoga en demasiado vino y la cantidad justa de Leonard Cohen.
17. Guadalupe Plata, de Guadalupe Plata:
No has escuchado nada parecido. Y por eso te van a gustar tanto.
El grupo de Úbeda sublima el sonido sucio y oxidado tan fronterizo del blues más primario, con momentos auténticamente lisérgicos llenos de guitarras que parecen perseguirte para hacerte morder el polvo.
18. Quercus, de June Tabor:
Disco este absolutamente inefable el que ha hecho la cantante británica de folk June Tabor para el sello ECM, junto a Huw Warren en el piano y al saxofonista Iain Ballamy.
Los temas son un compendio de poemas tradicionales británicos que June Tabor te canta al oído. Pero repito, con un resultado exquisito.
19. Grownass Man, de The Shouting Matches:
El ínclito Justin Vernon, después de desligarse de Bon Iver, funda The Shouting Matches y nos deslumbra con este trabajo repleto de rock y blues. No es fácil las primeras veces que se escucha, créanme. Pero cuando te entra no quieres parar de escucharlo.
20. Agujeros de Gusano, de Izal:
Con este disco los madrileños Izal se consagran definitivamente. Otro grupaco que consigue llegar sin la ayuda de nadie. Letras cuidadas, estilo y una voz, la de Mikel Izal, que te atrapa desde la primera escucha.
21. Dream River, de Bill Callahan
Bil Callahan se embarca en la ardua tarea de lustrar el concepto de Americana: el resultado es un disco de tempo reposado y suave.
Hay, incluso, quien se ha atrevido a decir que es el Astral Weeks de Callahan.
Para mí ha supuesto otro descubrimiento memorable.
22. De Palmas y Cacería, de Pony Bravo
Este tercer disco de los sevillanos los ha sacado por fin del underground.
El humor para denunciar la burricie, la estulticia y la injusticia.
Música de raíces, flamenco modernizado, electrónica, psicodelia y risas garantizadas.
23. The Weight of Your Love, de Editors
Sólo por la sobrecogedora voz de Tom Smith ya merece la pena escuchar este disco. Pero es que la banda de Birmingham es más que la voz de Tom Smith, pero es que cómo canta Tom Smith...
24. Only Many, de Ralph Alessi & Fred Hersch
El americano Fred Hersch acompaña con su piano, por el que siento auténtica devoción, a la trompeta del también americano Ralph Alessi. El resultado: un monumento de sensibilidad, musicalidad e improvisación jazzística.
25. The Verdi Album, de Jonas Kaufmann
Richard Wagner : Airs d'opéras, de Jonas Kaufmann
En el año del bicentenario del nacimiento de Wagner y de Verdi no podía faltar un homenaje en esta lista. Y no se me ocurre ninguno mejor que el que les ha hecho el tenor alemán Jonas Kaufmann catapultándolo, de paso, al puesto de mejor tenor del mundo.
Y como propina, el año en que sentaron a Krahe en el banquillo por un video hecho hace 30 años en el que explicaba cómo cocinar un cristo, el año en que quedó patente cómo de absurda es a veces la religión cuando cree sentirse ofendida, el año en que los curas volvieron a escribir leyes,... el maestro escribe esta canción que se titula Fuera de la Grey.