lunes, 30 de abril de 2007

Petit-suisse y miradas

Siendo uno de los componentes de este blog que más a menudo sigue visitando bares, pubs y discotecas, no he dejado de notar un par de descorazonadoras circustancias, que paso a compartir con vosotros.

La primera, que el compañero Miguel Angel quizás no comparta, pues la naturaleza ha tenido a bien dotarle con más de un metro ochenta de estatura, es como las nuevas generaciones crecen sin cesar. Entiendaseme bien; siempre he sido de los más bajos entre cualquier grupo de gente con la que me encontrara, pero al menos siempre podía mirar a los ojos a casi cualquier persona con un leve giro hacia atrás de mi cuello; hoy día, sin embargo, me encuentro con que cualquier noche corro el riesgo de dislocarme las cervicales al ver como los bares se llenan de jóvenes que superan, sin despeinarse, el metro noventa. Supongo que es bueno para el país y para la selección de baloncesto, pero no puedo dejar de lamentar que a mí no me dieran dos petit-suisse de pequeño.


La segunda es aún más triste para con mi pobre persona. Y es que, sin haber sido nunca un Cary Grant, hasta un tiempo no tan lejano, captaba de vez en cuando en las noches de alcohol y humo, la mirada de alguna dama que se fijaba en este vuestro humilde amigo. Incluso alguna vez, cuando Marte se encontraba en la Casa de Aries y Neptuno dejaba sentir su influencia sobre Orion, noté que eran hermosas mujeres las que se fijaban en mí.


No sé si es fruto de una mala racha, de una repentina miopía que no me deja ver con claridad más allá de cuatro metros, o con más probabilidad, que los estragos de la edad empiezan a hacer mella en este cuerpo serrano, antaño templo y hoy ruinas, pero llevo ya un tiempo sin notar que nadie me mire. Y a uno le gusta saber, como diría Sergio, que tiene su mercado.
Quizás debiera empezar a abandonar los bares, para no sentirme pequeño e invisible. Pero por otro lado, aún me llama la noche. Y cumplidor como soy, si me llaman acudo.


8 comentarios:

txema dijo...

Los cuadros hay que cambiarlos de vez en cuando de museo. Hacer exposiciones itinerantes. Ofrecérselos a otros espectadores. Seguro que a ti te gustaría mas, y/o te quedarías más tiempo viendo el Pórtico de la Gloria que la persona que vive al lado.
Si en tu equipo no juegas, porque no te aprecian o porque los hay mejores, pues cambia de club. Verás como al final encuentras tu afición.

Miguel Ángel dijo...

Preciosa entrada, amigo Juan. Llena de ironía, sabiduría y melancolía.
Y tu mercado seguro que lo tienes, sólo que como dice D. José, los cuadros hay que cambiarlos de vez en cuando de museo.
... y por lo menos a ti te invitan a las bodas.

Richar dijo...

como dijo un filosofo de la GRECIA clasica, si te cuesta ver, acercate mas¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

Sergio Cortés dijo...

Amigo Juan,
sirva la presente para manifestar y contraponer el ignorante optimismo de nuestros compañeros de blog.

Efectivamente, compañero, tengo exactamente la misma sensación. Y yo que en mis tiempos jóvenes hacía pases de pecho por las noches y tomaba la muleta por la izquierda en la oscuridad de la pista...
Ahora todo ha cambiado. Y yo también me pregunto por qué sin encontrar la razón.
a esta sensación de hombre invisible le faltan motivos de peso. Con esa mirada "tormentosa" y ese "mirlo blanco" no es suficiente.
A menudo pienso que soy un buen partido.. pero no es suficiente.

También contradigo la teoria de buscar otros mercados.. yo los he intentado todos.. desde el match hasta las tertulias literarias pasando por las casualidades de supermercado... he dejado mis deseos en las esculas de negocios, en los parques y en la playa con golden retriever... nada..
algo ha cambiado.

Yo tampoco sé bien qué es... yo lo llamo el síndrome del hombre invisible...
Y no sé bien.. pero yo.. sigo creyendo.. que soy un buen partido.

Juan Ayala dijo...

No esperaba que lo que no es más que un desahogo tuviera tanto comentario, pero muchas gracias.
Y bueno, aunque estoy más en línea con los pensamientos del amigo Sergio, seguiré los consejos. Sobre todo el de Ricardo, al que considero ducho en estas lides.
Si, Miguel, me invitan a las bodas... En la de Raúl me pide que vaya vestido de tuno todo el rato, así que ya ves la gracia....

Sergio Cortés dijo...

Juan.. no te dejes engañar por estos que tienen pareja!!
no saben de lo que escriben...
Al perro flaco todo son liendres...

Miguel Ángel dijo...

No sé exactamente a qué os referís con que sois un buen partido. Pero desde luego hay que estar muy ciego, en los tiempos que corren, para no fijarse en alguien como vosotros.
En otros momentos de nuestras vidas la situación ha sido justo al revés, así que no digáis que no sabemos cómo os sentís. Lo sabemos perfectamente. Tanto el amigo José María como yo hemos hecho auténticos arrastramientos humillantes que sonrojaría al tipo más patético y que no va a recordar aquí nadie, ¿verdad?
Así que ánimo y a seguir en la brecha. Por que al fin y al cabo, ¿qué es la vida si no una permanente búsqueda?

txema dijo...

Es verdad que nadie los va a contar. Ni la noche en la puerta de Garaje, ni la noche del columpio en Madrid, ni la noche en que apareció el Che, ...hasta aquí puedo leer.
¡Seguid coño, seguid en el tajo! Como decía Cela, "en este país el que aguanta gana".