jueves, 5 de julio de 2007

Las voces roncas que salen de los tendidos

Gracias a Bastonito y a su taurofilia.net encuentro este blog: Contraquerencia.

Leo la crónica que ahí aparece sobre la última corrida del esperado José Tomás. Y como me parecen geniales las voces roncas que, a tiempo y con ingenio, salen de los tendidos, aquí os la copio:

"El que vuelve, vuelve estoico a enfrentarse con el destino. Salió a hacer el quite al manso de Rincón que se había desplazado en los medios buscando soledad. Sin probarlo se echó solemne el capote a la espalda, ingobernable por el viento. Daba igual. Quietas las zapatillas, las gaoneras se transformaron en un quite a cuerpo limpio ofreciendo las femorales. Escuálido cuerpo el de Tomás de apariencia más frágil que nunca. Así viene el de Galapagar, citando de frente al toro del destino, sin aliviarse…; “vivir sin torear no es vivir”. Si el hombre también es sus circunstancias, José Tomás las anula contra cualquier razón. Y cuando cerró un cambio de manos con un natural enroscado y eterno, salió la voz ronca del tendido: “¡José, has parado el levante!”."

5 comentarios:

Sergio Cortés dijo...

Extraordinaria crónica y gran blog contraquerencia.

Como bien habíamos comentado Miguel Angel y yo.. es que se echaba de menos saber de verdad que había pasado¿??

con tanto clavel y espectación, mucha noticia y poca crónica..
Bueno, gracias, al menos, al fin, me enteré.

txema dijo...

Una vez toreando en Zaragoza Luis Miguel sufrió la acometida de un espectador durante toda la tarde. Voces y voces. Cada vez que daba un pase, este espectador no paraba de soltar insultos por su boquita. Ya harto el matador, le dijo a su mozo, "¿quién es el tío ese, que me está volviendo loco?". Tras enterarse de quien se trataba le dijo el mozo "Es un famoso óptico de Zaragoza".
Al día siguiente fue Dominguín a la óptica de este señor y al entrar por la puerta se encontraron de frente, sabiendo perfectamente cada uno quien era el otro.
-Vengo a probarme unas gafas.
-Tenga estas a ver que tal.
-Uy pues están bastante bien, pero tienen un defecto.
-¿Cuál?
Mirando de frente al óptico le dice Luis Miguel: "que sólo se ven hijo putas".
-El dueño de la tienda coge las gafas, se las pone, y mirando a Luis Miguel le dice: "anda, pues es verdad".
De aquella mañana salió una gran amistad entre torero y aficionado.

Miguel Ángel dijo...

Buenísima anécdota, Txema.
No tiene nada que ver con los toros, pero una vez le escuché a María Dolores Pradera contar que habiéndose subido en un taxi, el taxista no se inmutó y sólo al final de la carrera le pidió que le firmara un autógrafo. La Dolores, agradable, le dijo que cómo se llamaba, a lo que el taxista espetó: es para mis hijas, porque la verdad es que yo no te soporto.

txema dijo...

Fue buena también aquella tarde que Jose Tomás no le brindó el toro al rey, presente en el tendido. Y al preguntarle por qué no lo había hecho contestó: "Con la muleta también se hace república"...para que luego digan que el chaval no habla.

txema dijo...

En cierta ocasión el célebre Cúchares luchaba en la plaza de Sevilla con un miura que, según la propensión de los de su casta, se le había entablerao, y le hacía pasar las penas negras.

El circo estaba silencioso, porque el bicho era de cuidado y el diestro sudaba la gota gorda, cuando una voz sonora y vibrante salió de la masa viva del tendido de sombra, dejando escuchar a todos distintamente estas palabras:

-¡Zeñor Curro, qué tiempos aquéllos!

Cúchares levantó los ojos con curiosidad suma; pero solicitado por un movimiento del toro, volvió de nuevo a la faena, mientras resonaba por segunda y tercera vez el estentóreo grito:

-¡Qué tiempos aquéllos, zeñor Curro!

Incomodado el diestro por tan repetida exclamación, echóse con rabia la montera hacia atrás, y levantando la cabeza dijo entre provocativo y confuso:

-¡Vamos a ver, hombre!..., ¿qué tiempos eran ésos?

A lo que contestó el de las voces sorna truhanesca y reposado acento:

-¡Toma, toma! ¿Qué tiempos han de ser, zeñor Curro?....¡Aquellos... en que empezó usté a matá ese toro!