sábado, 10 de marzo de 2007

De la contradicción a la perplejidad: escala en la irritación

1)Contradicción: Tras la comparecencia del presidente Zapatero en la que comunicó que se iba a otorgar la prisión atenuada al terrorista de Juana mi primera impresión fue la contrariedad. No tenía del todo claro que eso fuera conveniente para la situación que vive el país. Sí me pareció valiente pero no sabía si atinado. Pensé que una decisión de ese calibre sólo la podría juzgar la perspectiva que nos da el paso del tiempo. Me equivoqué.

2)Irritación: ¿Por qué se va a dejar que sea el tiempo quien juzgue una decisión así pudiéndola juzgar nosotros? – pensaron en el PP. Dicho y hecho. Pusieron en marcha la locomotora contaminadora, afinaron los micrófonos matutinos, lo llenaron todo de mentiras y de flores rojas y amarillas, inventaron un pasado propio sin excarcelaciones y crearon una opinión pública en la que todavía 3 de cada 4 españoles cree que a de Juana “lo han soltao” y que estaba cumpliendo condena por los 25 asesinatos. Masa pública que clama contra Zapatero al grito de ¡asesino, asesino! Y todo esto en menos de una semana. Que tome nota el ínclito Rubalcaba.

3)Perplejidad: ¿Tan anormal soy que todavía me paro a buscarle los matices a tanta bipolaridad?¿Tan raro soy que sigo pensando que no todo vale? Lástima de época de borregos enardecidos. Dudad, coño.

Y repito, creo que el tiempo juzgará, si es que no se lo apoderan estos antes.

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