miércoles, 25 de abril de 2007

Ya nadie me invita a las bodas


Ando estos días con cierta aflicción que me está impidiendo clarificar mis ideas. Me recorre la cabeza una vacilación confusa. ¿Cómo ponerle nombre? (A veces, a mi me pasa, que uno le pone nombre a sus incertidumbres y se queda como más tranquilo, las disipa). Nunca fui a un psicólogo, pese a Woody Allen, porque creo que el mejor psicoanalista sigue siendo un barman. ¿Y qué bar es el que me coge más a mano? Pues éste, cual si no.

-¿Qué va a tomar?

- Pon cañas hasta que te diga que pares.

- Marchando.

Incomparable sensación la del primer trago, cuando la espuma te abraza los labios, la cerveza te enfría el tragadero y a los poetas les duele detrás de las orejas.

- Sabe, nadie me invita a las bodas. Van ya cinco bodas de gente conocida, amigos de juventud y compañeros de carrera las que han pasado ante mí sin comer tarta y sin poder tirar arroz. Y no es que sea un entusiasta de los gritos de viva los novios, la marcha de Mendelsshon o los puros farias, es sólo la indeleble sensación de que nadie se acuerde de ti.

- Y realmente, ¿eso le preocupa tanto?

- Digamos que me ocupa. ¿Me pone otra?

- Pero, ¿usted guardaba relación estrecha con ellos?

- Cordial por lo menos. Pero igual es que me gusta demasiado mirarme el ombligo y las cosas sencillamente tienen que ser así. O igual es una señal de atención. O incluso un pretexto para tomar unas cervezas. ¿Tiene un cigarro?

- Sí, pero es ducados.

- Mejor. Con seis ducados arrugados y un par de botas casi rotas se camina mejor.

- Y no se preocupe tanto.

- Claro, como a usted no es al que no invitan a las bodas...

- Le prometo que si un día me caso le invitaré.

- Gracias. ¿Qué le debo? No sé cuántas me bebí. Hace tiempo que perdí la cuenta.

- Deme 1000 pesetas.

- ¿Sería tan amable de invitarme a otro ducados para el camino?

Salí del bar dando ávidas caladas a mi cigarro. Hacía un frío húmedo de esos que dice la gente que se te mete en los huesos. Conecté el ipod mientras doblaba por la calle Paco Aquino y seleccioné Daniela de Pedrito Guerra. Inopinadamente empecé a encontrarme mejor. ¡Qué grande es el psicoanálisis!

9 comentarios:

Juan Ayala dijo...

Lo que pasa, querido amigo, es que los que te invitaríamos a nuestra boda, o bien somos una pandilla de rojos irredentos que no se casan ni a la de tres o bien unos solterones empedernidos que no tenemos con quien casarnos.

Aprovecho para saludar a nuestros fans de la Dirección general de la policia, Shenzhen, Guangdong, China

txema dijo...

Si pagaran nuestro cubierto en función de lo que comemos pues lo entendería, pero al ser una tarifa fija (como el salario de Pepiño Blanco) no deja de extrañarme. Yo también pensaba que iba a ir a esa boda...me tomaré una opípara cena con su correspondiente copa y dulce pensando que te tengo enfrente.

Miguel Ángel dijo...

Allí estaré.

Rosa dijo...

Hola criaturicas!!Tras varios intentos fallidos por encontar este dichoso blog debido a las pésimas indicaciones de mi hermano y a que soy un desastre con internet os he encontrado y,pese a no estar a la altura de lo que aqui se escribe,solo comentaros que lo que he leido hasta ahora me ha gustado,que estais fatal de lo vuestro y que, si alguna vez me caso,el primero de la lista de invitados serás tu Miguel.
Besotes

Miguel Ángel dijo...

Muchas gracias Rosica.
Allí estaría, el primero, con el mejor de mis trajes, el mejor de los viva los novios y el mejor de los apetitos.
PD: ¡Cómo si tú estuvieras bien de lo tuyo!
Y, por supuesto, bienvenida a nuestro blog.

txema dijo...

Rosica vamos a no ver quien está mejor de lo suyo porque...
Yo quiero ser el segundo invitado, pero cuando digan eso de "el que tenga algo que decir...", procura que estemos en el bar mas cercano aunque te toque pagarnos las cañas.
Lo mejor de una boda son las cañas que se toma uno con los amigos mientras el cura "chau chau, chau chau".
Wellcome Roza.

Rosa dijo...

Claro que tu serás el segundo invitado!!Sin vosotros no me caso.Aunque pensaba que no ibais a ir a la iglesia,creía que si la pisabais empezariais a arder por combustión espontánea.Tranquilo que te pago las cañas,que cara me va a salir la broma!!!!
Al final me veo haciendo el banquete en el Jarapa

Sergio Cortés dijo...

Amigo miguel angel,
la pluma precisa y la palabra equilátera como de costumbre.
Impresionante post que te has currado..
No sé.. a mi, la verdad,, casi mejor que no acumule más bodas porque últimamente salen por una pasta (véase la que tengo en agosto en la isla griega)...
Y nada.. yo, por desgracia, no te invitaré a ninguna mía (al menos de momento) pero no me hagas recordarte que estamos a la espera de la tuyaa con Pablete de "querubín" o como se escriba...
En todo caso, de acuerdo con lo del psicoanálisis y el barman..
yo, necesitado de diván, apelo a hopper y su loserismo de n.y

txema dijo...

Querido Míguel, este fin de semana, cuando salgas del trabajo, vete a tu casa. No te pongas corbata. No te aceleres preparando al Pablillo. No te pongas sudandico con la camisa y chaqueta. No te hagas un viaje de 300 Km. a Baza. No te gastes unas pelas en gasolina, hotel, etc. No te pegues un viaje de vuelta agotado y resacoso. Acomódate, ponte fresquito, agustico, en casa o donde te apetezca, con la ropa mas cómoda que tengas, no te peines, deja al Pablo que se vista como quiera, y tómate una opípara cena con tu mujer y tu niño, con su vino y su posterior fresquito. Y duerme como los angelitos en tu cama. Y cuando te despiertes ya habrás hecho el viaje de vuelta y estarás en tu hogar, con tu familia y todo el día por delante.