Miguel Angel me pide un "ácido post sobre el concierto de los Rolling en El Ejido". En mi vida me he visto en tal aprieto, que dijo el poeta, pero trataremos de satisfacer su legítima curiosidad.
Eran sobre las siete de la tarde cuando entramos en el Santo Domingo. A pesar del repelús que me provocan ciertas cosas de El Ejido, la organización fue más que aceptable; en realidad diría que sobresaliente si no hubiera sido por un policía local que nos equivocó a la hora de llegar a los aparcamientos y por los 10 € que costaban los minis de cerveza. Por otro lado, los controles de seguridad a la entrada nos dieron un trato exquisito, siendo este un tema al que soy sensible desde mi visita a Alicante.
El público, como era de esperar, variopinto. Todas las edades, de los 8 a los 80, estaban representadas, aunque con predominio de treintaañeros; gente de varios países, fanáticos de los Stones y agricultores locales que iban al concierto por no ser menos que el vecino. Joserra, gastando euros a raudales en merchandising.
Decepción ( sobre todo para sus fans, que con camiseta y todo acudieron ) con Loquillo. La gente vibró con Ritmo de Garaje y Todo el mundo ama a Isabel, pero media hora de concierto dejó sabor a estafa. Supongo que fue debido a temas de organización, pero hubo cabreo.
Después, Jet, el típico grupo anglosajón de jóvenes roqueros esmirriados. Alguna canción me sonaba, por lo que supongo que habrán tenido algún éxito o que habrán usado su música para algún anuncio. Poco más puedo decir, pues me pasé la mitad de la hora que estuvieron tocando en la cola del servicio ( ay, la cerveza ) haciendo amistad con un malagueño muy salado y su veinteañera sobrina argentina. Salado y todo, casi me sobraba el malagueño.
Y llegaron los Rolling. Arrugados como pasitas, no les favorecen las pantallas gigantes. Ahora bien, conocen su oficio. Jagger,más esmirriado aún que los de Jet, espectacular, moviendose por todo el escenario de una forma que a mí me hubiera agotado en cinco minutos. De
rroche de energía en el escenario aunque me falta la comparación con conciertos de cuando eran menos viejos. Pero sin duda, siguen siendo buenos. Desde el Star me up inicial, no dieron tregua salvo en un blues que cantó Keith Richards ( el que más cerca de la tumba parece ), en el momento de descanso de Jagger. Escenario, luces y efectos. Sorpresa con la plataforma que avanzó entre el público para cantar el ya clásico Satisfaction. Decibelios de rock para aburrir. Hermoso homenaje a James Brown, con una corista negra - y que mujer - con una voz que sonaba por encima de todo . Quizás demasiado peloteo que sonaba falso ( "hemos prrrobado gaspacho, muy rrrico" ) . En resumen, un buen concierto, aunque el hecho de saltar con lo que cantan unos tipos que podrían ser tus padres te deja una extraña sensación, es como si no terminaras de creertelo. En definitiva, lo pasé bien. Pero no fue tampoco una experiencia de las que marcan

3 comentarios:
José María,
Mucho mejor crónica la tuya que la titulada algo así como "melones rodantes en el Egido" del pasado domingo en el País en el que con la excusa del concierto describieron el supouesto "cambio" de una de las ciudades más ricas de España.
Yo, ya lo sabéis, no soy santo de la devoción de sus satánicas majestades... y, desde luego, después de la impresentabilidad del año pasado... paso de ellos.. como diría el poeta.
Sergio, al césar lo que es del césar. La crónica la firma el compañero Ayala. Estupenda. Ácida. No esperaba menos.
De todos modos lo de El Ejido da para otro post. O varios.
joder... disculpen las molestias... se me va la pinza... er lo ke tiene..
en fin.. se constató, como mínimo, que todos escribimos en la misma línea.
Claro, yo, hablando de El Egido.. me fuí directo pal chema.
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