viernes, 27 de julio de 2007

Swing con quejío, hondura con feeling: Olé=Yeah (I)

Ya conocéis lo inquieto de mi culo. Así que aprovechando mi rodriguismo (¿habrá algo parecido en el inglés: estar de Smith?) me he puesto a investigar en la red sobre los comienzos y acontecimientos del abrazo del jazz con el flamenco y del flamenco con el jazz. Y claro, os tengo que dar la machaca. A quién si no. Empezaremos este viaje y a ver qué nos depara y qué aprendemos en el camino, que en definitiva es en lo que consiste no estar muerto.

Y es que estaban condenados a entenderse el jazz y el flamenco, pues ya desde el nacimiento de estas dos expresiones musicales aparecen claras semejanzas en el clima y el marco geográfico: las llanuras del bajo Mississippi y del bajo Guadalquivir, ambos ríos navegables; su nacimiento tiene lugar en ciudades portuarias como Nueva Orleans y Cádiz y Sevilla... Entre los recursos expresivos, ambos extraños a la tradición musical de Occidente, existen también algunos acercamientos y ambos se identifican con la audiencia en pequeños escenarios de tableros y clubes. Sus comienzos también se juntan en el tiempo, a principios de s. XIX, así como su cuna dentro de razas minoritarias y desfavorecidas.

La cuna del jazz descubre el flamenco. Años 40-50.

¿Qué fue primero, el huevo o la gallina? ¿Se enamoró primero el jazz del flamenco o el flamenco del jazz? Aquí sí tenemos respuesta. Le tiró los tejos primero el jazz al flamenco , que teniendo en cuenta la época en la que estamos situados, no era difícil responder. Si el flamenco siempre ha sido una manifestación ultraconservadora y reaccionaria en esta época lo era aún más y no tenían ninguna intención de abrir nuevos caminos ni de revolucionar su arte. Era siempre volver a lo clásico. Pura involución.

En el otro extremo, sin embargo, había una ebullición de ideas. Una auténtica revolución musical y cultural. Había nacido el be-bop. Había aparecido Charlie Parker y el jazz ya nunca volvió a ser igual. Los músicos perseguían continuamente nuevas ideas y el que pestañeaba perdía. Así que era cuestión de tiempo el que se encontrasen con el flamenco.

Dejando de lado pequeños acercamientos insignificantes de los años 20 y 40, es posible que el primer roce se produjera en el año 56, o al menos eso es lo más temprano y documentado que he encontrado como trabajo completo, cuando Lionel Hampton grabó "jazz flamenco" con las castañuelas de María Angélica (disco que me ha resultado imposible de localizar). A este primer intento le siguió otro del español afincado en Nueva York Carlos Montoya, al que algunos ven como el gran artífice de introducir el flamenco en Estados Unidos. Dicho intento consistió en una jam-session registrada el 3 de noviembre de 1958, una guitarra flamenca a la que sigue una base de jazz en segundo plano. Este guitarrista, sobrino del gran Ramón Montoya, “es seguido por algunos jazzmen de estudio para impresionar una cara con temas americanos y otra con españoles, todo impregnado por cierto tufillo estándar que niega el pellizco de las dos partes y desemboca en Qué será, será. Algún blues por bulerías, Rain on the roof por tanguillos y, entre los momentos destacados, el contrabajo en la taranta con la guitarra por Swing. Se repiten muchos esquemas y aunque rompiera en su época no ha resistido el paso del tiempo.” Así que este disco tampoco se encuentra.

Continuará...

Enlaces y bibliografía:

www.allmusic.com

http://www.flamenco-world.com/jazz/jazz.htm

Filigranas, de Luis Clemente (Editorial La Máscara)

http://personal.redestb.es/jmcastel/index30.html


6 comentarios:

Juan Ayala dijo...

Interesante introducción, pero dános chicha que podamos escuchar :-)
Te animo a seguir usando tu rodriguismo!!

Miguel Ángel dijo...

Prometo dar chicha que puedas escuchar cuando solvente un problema técnico. De todos modos, de los comienzos que relato no he podido encontrar nada.
la semana que viene continuaremos, y ahí sí que habrá chicha de la buena con temas de Charles Mingus y Miles Davis.

txema dijo...

Al final nos engachas...danos chicha y verás como lo consigues.
Yo ya con la colección de El Pais estoy un poco enganchado, sin conocimientos, pero me gusta tenerlo puesto en casa.

Sergio Cortés dijo...

Miguel Ángel, una vez más nos dejas boquiabiertos con ese "exhaustivismo"...
Creo que esta sección debería de ser "se me saltan las lágrimas"...

Muy bien... esto si que es valor para el blog...
Me pareció una genial, interesante y curiosa primera aproximación...

Si algún día el saber aprendido se pagara por kilos, Miguel Ángle, no sé cuantos millones te debería ya.

Gracias por enseñarme.. tanto.

saludos

Miguel Ángel dijo...

Txema, el jazz es como una droga. Siempre quieres más. y una vez que te metes en su mundo ya no lo podrás abandonar jamás.
Este viaje que pretendo hacer con vosotros lo voy a ir haciendo yo también. Soy el primero que voy a aprender cómo se forjó el swing con quejío.
Ya tengo resuelto el problema técnico de la chicha (Sergio, ¿cuántos millones te debo yo?)
Así que encantado de que os haya gustado la iniciativa. Me pone feliz, que por lo menos, haya tres personas en el mundo que sean capaz de escucharme sin decirme que soy un pesao (bueno, por lo menos, no siempre).

Miguel Ángel dijo...

A parte de mi santa Eva, que sólo me llama pesao una de cada 10 veces de las que debería decírmelo.