
No seré poeta, ni anhelo, ni palabra precisa, ni amigo constante. No enterraré mis huesos en el ataud que alberga a uno de los grandes que han vivido con nosotros.
Yo no seré Ángel González, ni la suerte de su coetáneo. Se me ha marchado la poesia, se me ha apagado la palabra y mientras es sábado y la tarde pasa.
Parece que no se ha enterado del vacío.
Yo sí que me he enterado. Pocos nos quedan, ahora menos.
Descanse en paz "el éxito de todos los fracasos. La enloquecida fuerza del desaliento"
PARA QUE YO ME LLAME ÁNGEL GONZÁLEZ
Para que yo me llame Ángel González,
para que mi ser pese sobre el suelo,
fue necesario un ancho espacio
y un largo tiempo:
hombres de todo el mar y toda tierra,
fértiles vientres de mujer, y cuerpos
y más cuerpos, fundiéndose incesantes
en otro cuerpo nuevo.
Solsticios y equinoccios alumbraron
con su cambiante luz, su vario cielo,
el viaje milenario de mi carne
trepando por los siglos y los huesos.
De su pasaje lento y doloroso
de su huida hasta el fin, sobreviviendo
naufragios, aferrándose
al último suspiro de los muertos,
yo no soy más que el resultado, el fruto,
lo que queda, podrido, entre los restos;
esto que veis aquí,
tan sólo esto:
un escombro tenaz, que se resiste
a su ruina, que lucha contra el viento,
que avanza por caminos que no llevan
a ningún sitio. El éxito
de todos los fracasos. La enloquecida
fuerza del desaliento...
5 comentarios:
Se nos ha ido un grande de la poesía, callando, como se fueron José Hierro y Valente.
Hoy, los que amamos la poesía estamos un poco más huérfanos.
Como recordatorio quiero dejar unos versos y una anécdota:
Porque se tiene conciencia de la inutilidad de tantas cosas
a veces uno se sienta tranquilamente a la sombra de un árbol -en verano-
y se calla
La anécdota es esa que siempre cuentan sus amigos de juergas (Benjamín Prado, Sabina, Bryce Echenique, García Montero, Almudena Grandes,...):
Cuando Ángel González consideraba que había bebido lo suficiente, se incorporaba como buenamente podía y decía:
-Me marcho, porque ya se me está bajando el whisky a los pies.
El poema es brutalmente bueno, no lo conocía y a cada verso me dejaba más y más acojonado.
Si me permiten me gustaría incluir aquí que Pérez Reverte (por el pasado post), me parece un escritor demencial, malo. Excepto sus alatristes no escribe más que furria, pero por lastimoso que sea a la hora de escribir, no deja de ser siempre un observador lúcido. Dan ganas de decirle: Que sí, hala, que sí, que ya sabemos que es usted muy valiente y sabe hablar en plan carcelario, venga hala, tómese la pastilla, don Arturo.
Una anécdota de ese tipo le sucedío el día antes de morir:
Chus Visor encontraba una toba en el suelo de la habitación del hospital y le preguntó; ¿de quién es este cigarro de tu marca?
Angel González miraba extrañado.
Susana, su mujer, decía:
Habrá venido con algún zapato vuestro.
Hasta siempre, poeta de los vencidos.
...No hubo elección:
murió quien pudo,
quien no pudo morir continuó andando,
los árboles nevaban lentos frutos,
era verano, invierno, todo un año
o más quiza: era la vida entera
aquel enorme día de combate...
Éste es el poema introductorio de A. González. Sin quererlo se ha convertido casi en un fenómeno "pop".
Yo tambien me uno a tu artículo y te dejo uno por aquí:
SIEMPRE LO QUE QUIERAS
Cuando tengas dinero regálame un anillo,cuando no tengas nada dame una esquina de tu boca,cuando no sepas qué hacer vente conmigo
-pero luego no digas que no sabes lo que haces.
Haces haces de leña en las mañanas
y se te vuelven flores en los brazos.
Yo te sostengo asida por los pétalos,
como te muevas te arrancaré el aroma.
Pero ya te lo dije:
cuando quieras marcharte ésta es la puerta:se llama Ángel y conduce al llanto.
MARA TORRES blog
Saludos
Nota:yo también tengo un artículo de Ángel González en mi blog por si quieres leerlo ;)
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